Fecha : | 18 de Mayo de 2008 |
Paseantes : | Angel, Jose |
Dificultad : | Moderada |
Valoración : | Muy buena |
A destacar : | Bosques de Alcornoques, Castillo y nevera de Castro, Hornos y minas |
Problemas : | Ninguno |
Recorrido : | Chóvar, barranco de Ajuez, Castillo de Castro, Nevera de Castro, Pico de la Nevera , Minas, Hornos, Chóvar |
Distancia : | 14,6 km |
Desnivel acumulado : | 803 m |
Tiempo Total: | 6h |
¡Por fin!
Una ruta completita, completita en la que en pocos kilómetros se aúnan cantidad de puntos interesantes y vistas increíbles. Andaremos por sendas mágicas y descubriremos parte del PRV-138.
Hemos hecho un recorrido por los términos de Chóvar y Alfondeguilla, atravesando preciosos bosques de Alcornoques, visitando el Castillo y la Nevera de Castro, así como dos minas de cinabrio y un horno de mercurio.
Tantas visitas ineludibles convirtieron la ruta en una maratón fotográfica de la que os dejo un breve resumen.
Desafiando a las previsiones que daban lluvia para todo el día, nos pegamos un buen madrugón y poco antes de las 6:30 ya estábamos en Chóvar.
Para llegar al punto de salida, debemos tomar un desvío que indica parque natural, justo a la entrada del pueblo. Seguimos las calles hasta un punto donde se ensanchan y podemos dejar el coche. Desde ahí vemos los postes indicadores del PR.
Este indicador está en la carretera y lo debemos seguir
Tras los habituales estiramientos y carga de pilas con el brebaje de Jose, a las 6:45 y con las primeras luces del alba iniciamos la marcha con un cielo muy tapado y una ligera lluvia que no hacía necesario, de momento, el uso de los impermeables.
A los pocos minutos llegamos al embalse de Ajuez, de pequeñas dimensiones pero lleno hasta los bordes.
Tras pasar el embalse, abandonaremos las señales del PR, tomando la senda que nace a la izquierda del embalse. En la senda hay una X, que indica camino incorrecto, pero haciendo referencia al PR, nosotros debemos continuar por allí.
Imponentes formaciones rocosas por la senda
Nos espera una fabulosa senda, con vegetación abundante y rodeada de enormes alcornoques por la que remontaremos el Barranco de Ajuez.
La senda es muy visible y, aunque no hay marcas de continuidad, no hay pérdida posible.
Al poco llegaremos a la fuente fresca, una zona con gran cantidad de helechos, tras los cuales se esconde la pequeña fuente de la que mana un agua muy limpia y fresca.
Tras remontar el barranco disfrutamos de fabulosas vistas.
Continuamos durante un buen tramo de suave ascenso para llegar a un cruce en el que hay una señal indicadora hacia la izquierda que tomaremos para visitar el Socavón. Allí veremos restos de vías y una vagoneta, así como una entrada a las minas de cinabrio.
Tras la visita volvemos hasta el cruce y seguimos el ascenso por la bonita senda hasta conectar con una pista. Seguiremos la pista hasta llegar a un cruce con un poste indicador con el símbolo de nieve (creemos que se trata de la indicación de la nevera de castro).
Así que tomaremos el desvío a la izquierda, que, sin abandonarlo y en ligero descenso nos llevará hasta otro cruce que tomaremos a la derecha y desde el cual veremos inmediatamente las señales indicadoras hacia la nevera de Castro.
Una flecha con piedras que parece no llevar a ninguna parte
Un camino encantador
Por esta senda, podríamos llegar al Coll Roig y Alfondeguilla
Al fondo vemos el desvío hacia la nevera de Castro
Pasamos por delante del desvío, pero no lo tomaremos aún. Primero haremos la visita al Castillo de Castro para volver luego hasta este punto.
Para llegar al Castillo de Castro, visible claramente desde el punto en que estamos, debemos bajar por la pista un buen tramo hasta encontrar una senda que nace a la izquierda de la pista y que está pintada con señales azules.
Bajando hacia el castillo, bien visible en la montaña del fondo
Tomamos la senda que asciende fuerte hasta el collado previo al castillo. Allí veremos un poste indicador que nos llevará, desviándonos a la derecha hasta el castillo.
En la senda de subida al collado
El castillo de Castro está situado en una impresionante montaña que destaca ostensiblemente del resto del paisaje. Por su situación y construcción fue una fortaleza inexpugnable.
El castillo de Castro
La nevera vista desde el Castillo
Tras la visita al castillo desandamos todo el camino hasta llegar de nuevo al desvío hacia la nevera de Castro.
Tomaremos la senda que, en 140 metros y un fuerte desnivel nos llevará hasta la nevera.
El desvío hacia la nevera
Subiendo
La nevera ya está a la vista
Estas neveras son pozos donde se prensaba la nieve recogida en el invierno, y una vez transformada en hielo, era transportada en las noches estivales a otras poblaciones para la preparación de refrescos o helados, en otros lugares se denominan cavas o pozos de nieve.
La nevera está rehabilitada, es de forma circular y fuertes muros con puerta de entrada, ventanas y una peculiar cubierta cónica.
Tras un almuerzo para recuperar fuerzas en la nevera, retomamos la marcha por la única senda que parte de la nevera. En ascenso nos lleva hasta un collado y una pista que tomándola hacia la izquierda nos llevará a visitar el Pico Nevera de 856 m, donde podremos encontrar un vértice geodésico.
Llegando al collado
En el vértice del Pico Nevera
El castillo desde el Pico Nevera
Realizamos las fotos de rigor desde tan privilegiado enclave, y volvemos a la pista, esta vez descendiendo por ella y dirigiéndonos hacia una mina que se aprecia en la ladera de una montaña a nuestra izquierda.
Nos encontramos en la partida del Hembrar, palabra que deviene de Embral, que a su vez es deformación de Enebral (sitio poblado de enebros), quizás por su parecido con el cade (Junniperus oxycedrus), de la misma familia; de hecho aún podemos encontrar abundantes ejemplares de cade.
Durante el descenso por la pista, si nos fijamos podremos observar a nuestra derecha restos de trincheras usadas durante la guerra.
También veremos un horno de cal y restos de una vía por la que, probablemente, se transportaban las excavaciones mineras hacia el horno de mercurio.
Continuamos por la pista y en breve, nos desviaremos por una pequeña senda a la izquierda para visitar otra entrada a una mina. También se mantiene en pie una pequeña edificación que suponemos eran habitaciones para los trabajadores. Se observa una torre con restos de conexiones que debían transportar la electricidad hasta allí. Tras los edificios y en medio de una abundante vegetación veremos el agujero de entrada a la mina.
Bonita pista
Restos de vías
Un precioso ejemplar
En la mina
Abundante vegetación protege la entrada
Volvemos a la pista y un tramo más adelante observamos a la derecha y tras un pequeño barranco, los hornos de mercurio.
Llegamos a ellos atravesando el barranco (no encontramos una senda clara para llegar hasta allí).
Se observan aún algunas partes en pie. En estos edificios se trataba el cinabrio extraído de las cercanas minas, para su transformación en mercurio. El mineral era sometido a elevadas temperaturas, lo que hacia que el mercurio que contenía se transformara en gas, después se hacía pasar por entre los habitáculos con arcadas que se observan en esta edificación, una vez enfriado tomaba su característica consistencia tal y como lo conocemos habitualmente.
En el horno
Dentro de una de los habitáculos donde se "cocía" el cinabrio
Desde el horno, bajamos por una pequeña pedrera con cuidado, ya que hay mucha gravilla suelta y es fácil resbalar, hasta el cauce del barranco.
Por aquí hay que bajar
Allí se encuentra un cortado de roca conocido como El Salto. Espléndidas vistas del barranco de Ajuez nos embelesan desde allí.
Una vez saciada la visión del barranco desde esta altura, volvemos a la pista y la seguimos en continuo descenso.
Al poco la pista se convierte en una bonita y bien definida senda en la que encontraremos señales blancas, amarillas y azules.
Esta senda nos llevará de nuevo hasta el embalse de Ajuez. La belleza del lugar es indescriptible, los abundantes alcornoques de siluetas inquietantes, forman un tupido bosque que en ocasiones parece querer retenernos impidiendo nuestro descenso.
Poco a poco comienzan a asomarse al fondo, el Embalse de Ajuez y el pueblo de Chóvar, abajo por entre el barranco, se adivina la senda que tomamos al inicio de la ruta para subir a la Fuente Fresca.
Una vez en el embalse, sólo nos restan unos 200 metros de camino hasta llegar al coche. Camino que tuvimos que realizar corriendo debido a una repentina tormenta que nos hizo apretar el paso.
En resumen, una preciosa ruta cargada de enclaves privilegiados, historia y fabulosa vegetación.
Tras la ruta, pudimos disfrutar de una buena comida en el restaurante La Carbonera, en Chóvar.
¡Buena ruta a todos!
Recursos y otros datos
Gráfica del desnivel
Un pequeño vídeo que grabó Jose desde lo alto del Barranco de Ajuez
Gran ruta, gran reportaje.
ResponderEliminarDesde la sana envidia y esperando una próxima ruta mejor o igual os animo a seguir así.
Y yo que lo pueda disfrutar !!
Gran ruta, gran reportaje.
ResponderEliminarDesde la envidia sana os animo a segior preparando rutas iguales o mejores.
Y yo que las pueda disfrutar !!!
¡¡Qué pasada de ruta!!. Superreportaje estupendo, explicativo y desde luego con sana envidia porque se adivinan unos parajes sin igual, con brebaje de Jose incluido.
ResponderEliminarPara afotar sin parar, aunque veo que también fuiste de cacería bixil..con una buena recompensa.
Y vaya comidona¡¡¡
Esas rutas son las que mejor, lástima la lejanía porque me apuntaba rapidito.
Una gozada la ruta, sin duda.
Enhorabuena. :)
No hay ruta este finde ???
ResponderEliminarUn día que puedo ...
Ruta maravillosa. Mi amigo David y yo (Javi) la hicimos ayer sábado corriendo (somos corredores de montaña
ResponderEliminarAdemás de disfrutar de rodas las cosas que tan bien explicáis en este blog, la vuelta ha sido superbonita porque justo hace poco limpiaron todo el paraje y hacía un día de sol idílico.
Gracias por compartir estas rutas mágicas.